¿Existe o podemos lograr “formar/construir”
un estudiante/participante ideal para los cursos que se ofrecen en
modalidad semipresencial (Blended learning) o totalmente virtuales?.
Intentaremos una primera aproximación para reflexionar los sobre alcances
de esta interrogante.
El
pasado lunes 8 de octubre se dio inicio a una
interesante experiencia adelantada por un equipo de docentes de la
Universidad Galileo, se trata del curso en línea: Introducción al
E-Learning.
La oferta de este curso nos
llegó hace unas tres semanas atrás a
nuestra bandeja de correos. De inmediato sentimos, además de curiosidad por
revisar información sobre la
institución oferente, el deseo sobre la posibilidad de interactuar, compartir visiones e
intercambiar prácticas con colegas universitarios virtuales de una institución
de educación universitaria que opera desde un hermano país centroamericano:
Guatemala, así como con mis compañeros virtuales participantes en la
experiencia provenientes de distintos países hispanoparlantes, 1619
miembros a la fecha de hoy.
Debido a dificultades de
conectividad, a pesar de estar utilizando los navegadores recomendados por
los administradores del curso (Mozilla/Google Chrome) , se me hizo bastante
difícil ingresar a la plataforma/ambiente del curso. Tardaba mucho en
cargar la página y como consecuencia el navegador informaba sobre la
expiración del intento. Esta situación la reporté a los organizadores y de inmediato recibí su
respuesta en la cual me recomendaban”…
, tal vez si prueba en un horario no tan congestionado como en las
noches o temprano por la mañana podría funcionar. Espero que logre ingresar
para poder compartir la experiencia del curso de no ser así, favor
indicarnos,…”. (Fuentes, C; octubre 11,2012).
Como decidí mantenerme
en la posibilidad de realizar el curso a pesar de cualquier contingencia
esta recomendación que me fue dada es la que he estado atendiendo desde el
pasado miércoles y fue desde ese entonces cuando pude ingresar al ambiente
de aprendizaje del curso y me dispuse de inmediato a asegurar mi ingreso al
sitio, actualizar mi perfil, responder la encuesta, realizar el tour
virtual, hacer la visita a cada uno de los enlaces recomendados, analizar
una y cada vez que sea necesario los videos de respaldo disponibles en la
ruta de aprendizaje de la semana 1,descargar algunos documentos como
respaldo para la realización de la primera tarea requerida y sobre todo curiosear
bastante en cada espacio de la plataforma en la cual se aloja el curso y familiarizarme al detalle con el ambiente
de aprendizaje, con cada uno de sus módulos, para analizar minuciosamente los recursos de información que nos son ofrecidos.
Poner todo a punto y garantizar
que todos esos recursos didácticos estén a la
disposición del aprendiz y asegurarse que faciliten y garanticen el logro
de los resultados de aprendizaje previstos en la acción formativa es, sin
duda alguna, una exigente y compleja tarea para cualquier tutor o moderador
de cursos en entornos virtuales de enseñanza y de aprendizaje (e-learning o teleformación)
así como para el equipo de apoyo con el que se cuente y a la cual deben
hacer frente para dar respuestas a
las expectativas y necesidades de aprendizaje de los
estudiantes/participantes.
Es una reflexión, en nuestra
opinión obligante, al momento en que los miembros del equipo diseñador y
gestor asumen la oferta de cualquier propuesta de acción formativa en línea
y por supuesto también del tutor cuando se dispone a realizar la moderación de cursos o de cualquier
otra actividad de aprendizaje en ambientes virtuales.
Esa es una primera inquietud que
me coloca en una postura de análisis para compartir visiones y la cual se
genera una vez analizados los videos de apoyo de la Semana 1 de este curso:
Hablemos de E-Learning.
Y para
hablar en voz alta de E-Learning como una propuesta renovada para dinamizar
los estudios a distancia compartimos en el Foro nuestra primera aproximación
a una definición de ese novedoso término (utilizado por primera vez en
octubre de 1999 en el Seminario de Sistemas CBT en los Ángeles, California)
. Lo apreciamos como: “Una
modalidad de aprendizaje apoyada en
internet y mediada con las distintas herramientas (TIC) de las cuales se
puedan disponer en esos entornos, para autogestionar el desarrollo y logro
de competencias: conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes… de los
sujetos que deciden incorporarse a ella”.(Amario,2012). Y en ella se
incorporan de manera sinérgica componentes estratégicos como así lo señala Artes(s/f):
“El e-learning, que se define
por tres elementos: la comunicación, el conocimiento y la tecnología, es
una herramienta indispensable a la hora de establecer procesos de formación
continua. Esta nueva forma de aprender establece una nueva relación
alumno/profesor que hace desaparecer la jerarquía existente entre ambos.
El e-learning es la
utilización y aprovechamiento de internet para desarrollar proyectos
formativos. Permite el acceso a una red de conocimiento dinámico que
facilita a las personas un aprendizaje de una manera personalizada y
flexible. Además permite a las organizaciones construir, mantener y
fidelizar su personal con una gran aportación de un valor a un coste más
competitivo”.
Y ante esos señalamientos nos surge una
segunda inquietud. Cuando se pone a punto y se presenta el ambiente de
aprendizaje, los contenidos, los objetos de aprendizaje en una propuesta de
cursos en línea a nuestros estudiantes/participantes, ¿qué hacer cuando
apreciamos u observamos –en el lenguaje escrito por el/la participante-
reacciones de incorformidad, protestas veladas o explícitas, señales de
disgusto, reclamos…ante una actividad, tarea o producción intelectual que
le solicitamos realizar dentro de las pautas de trabajo del curso?. ¿Nos
mantenemos en silencio?; ¿los confrontamos?; ¿Les decimos abiertamente lo
que generalmente hacen muchos docentes de la modalidad presencial al
expresarles de viva voz que si no le gusta o no quiere hacer lo que se le
solicita puede cambiarse de curso, de profesor, o tomar la decisión que más
les parezca conveniente?
¿Cómo nos comunicamos con
efectividad con nuestros alumnos virtuales en situaciones difíciles?
Antes de intentar generar
respuestas a esas interrogantes, parece conveniente que decidamos y fijemos
posición sobre cuál es el perfil ideal de actuación, de comportamiento, que
esperamos o deseamos de nuestro estudiante ideal en los cursos que podamos
ofrecer de manera semi presencial o totalmente virtuales.
Algunas
cuestiones generales en torno al perfil ideal de actuación del estudiante/participante
en la modalidad de estudios virtuales.
De la revisión de algunas
fuentes que hemos consultado conviene destacar que el estudiante que
participa en un curso/programa en modalidad virtual debe desarrollar
ciertas habilidades especiales que le permitan sacar el máximo provecho de
las estrategias educativas/didácticas definidas y planteadas por su
profesor/tutor, entre otras :
- Desarrollar con base en la
motivación, un alto nivel de autonomía que le permita, además de seguir las
orientaciones/indicaciones que les son ofrecidas por los tutores del curso
y obtener así el aprendizaje derivado de ellas, ir más allá de lo propuesto
en la búsqueda de nueva información para el logro progresivo de procesos
avanzados de aprendizaje basados en el análisis, la síntesis, la
contrastación, el cuestionamiento, la experimentación y sobre todo de reto
permanente a la creatividad personal ¡.
- Al igual que el profesor/tutor,
el estudiante debe poseer habilidades, destrezas, conocimientos, actitudes
y desarrollar y poner en evidencia las competencias suficientes en el
manejo de las Tecnologías de la Comunicación e Información (TIC´s),de
herramientas y aplicaciones a su disposición en la red (Internet) como está
ocurriendo en el marco de esta experiencia de aprendizaje en su primera
semana en la cual nos sentimos tentados, y lo hemos hecho, al proponer el
uso de tutoriales y un abanico adicional de herramientas para crear mapas
mentales y/o conceptuales como complemento a las sugeridas por los tutores
de este curso.
- Disposición abierta y franca
para relacionarse con sus compañeros de estudios virtuales para la
elaboración de proyectos de trabajo colaborativo. Esta disposición de ánimo
también se puede apreciar en las expresiones que en tal sentido son
compartidas en el Foro por algunos participantes de este curso.
- Poner en evidencia un alto grado de
disciplina en el manejo del tiempo para garantizar así el cumplimiento de
los objetivos formativos propuestos en la acción formativa en línea y dar
cumplimiento al cronograma definido y establecido por los profesores/tutores.
-Mantener una interacción e
intercambio continuo con su profesor/tutor y con sus compañer@s a través de
medios sincrónicos o asincrónicos de comunicación. En la primera semana de este curso puede apreciarse desde
ya el intenso uso del foro de discusión propuesto para analizar temas de
interés de los participantes, ofrecer aportes, dar ayuda, aclarar puntos de
vista o sencillamente, pedir y ofrecer información adicional.
Sobre la
personalidad del estudiante/participante en la modalidad de
estudios virtuales
Parece ser que el estilo de
socialización del ser humano tiene
alguna relación con el tipo de aspirantes que más optan por la modalidad
virtual de aprendizaje.
Hemos escuchado con suma
atención las voces de algunos de nuestr@s estudiantes de postgrado quienes
manifiestan, y hasta dejan sentir un cierto tono de reclamo, que disfrutan
de la interacción social, de la relación cara a cara; para ell@s el estudio
virtual les parece una experiencia solitaria y hasta aburrida. Lo que
acordamos con ellos es invitarles a incorporarse a la experiencia de
aprendizaje en línea, a disfrutarla al máximo, a integrarse en equipos para
actividades de trabajo colaborativo y a evaluar continuamente tanto su
estado de ánimo como sus avances. La frase que generalmente compartimos con
quienes se mantienen en esa posición es: “permítanse un poco más de tiempo. Lo más fácil es abandonar, el reto
permanente, superar los miedos y cualquier indisposición para lograr entre
todos el éxito y seguir adelante”. Creamos, y promovemos continuamente en
la comunidad de aprendizaje en línea que se constituye, una cultura para
asumir el conflicto o cualquier indisposición del participante en la
experiencia como una oportunidad para potenciar procesos formativos/orientadores
y de esa forma gestionarlos de manera positiva.
En estos últimos años si bien hemos tenido que atender
algunos “casos difíciles” nos hemos
encontrado con profesionales realmente interesados en ampliar y actualizar su
formación, con metas claramente definidas, comprometidos con los procesos,
con los resultados, altamente responsables y claro sentido de
responsabilidad y de la disciplina.
Características
óptimas de personalidad de un estudiante/participante en la modalidad de
estudios virtuales
Las instituciones educativas de
los distintos niveles, las organizaciones con programas de actualización de
su personal y los particulares que adelantan acciones educativas no
formales (no contempladas en sistemas escolarizados) se están viendo
obligados a definir, a crear y a
ofrecer propuestas novedosas y estrategias de alto impacto que puedan ser
apreciadas como atractivas y diferentes para trabajar con los usuarios
potenciales de la modalidad virtual de aprendizaje dado que los modelos que
aún se mantienen arraigados en la educación presencial no responden a las
necesidades de aprendizaje de los estudiantes de este siglo XXI, siglo de
la globalización y de la insurgencia de la sociedad del conocimiento. Los
proponentes de cualquier programa/curso/acción formativa bajo esta
modalidad deberán desarrollar e implementar sistemas de selección, de sensibilización,
de mercadeo estratégico así como la
debida inducción que garanticen en alguna medida que esos potenciales
usuarios tengan o adquieran, entre otras, las siguientes características y
competencias:
► Automotivación: Colocarse
frente a una pantalla del computador, laptop, o del dispositivo móvil, leer
y bajar contenidos, analizar videos,
escuchar audios, interactuar y producir material multi e hipermedia,
intervenir en foros de discusión, compartir recursos de información y demás
tareas propuestas en los entornos virtuales… exige de una motivación
interna muy poderosa para garantizar la permanencia del aprendiz en la
experiencia, para que alcance aprendizajes significativos y para lograr éxito
en esta modalidad de estudios.
► Cultura telemática: los
estudiantes/participante de la modalidad de estudios en línea deben estar
familiarizados con el uso de la tecnología informática, de la
telecomunicación y de distintas aplicaciones, disponer de tiempo para disfrutar
de la lectura e interactuar desde el equipo telemático del cual pueda
disponer, navegar por la red de redes (Internet), compartir en comunidades
virtuales de aprendizaje, vale decir, hacer uso apropiado de las TIC para
trabajar, informarse y formarse, crear y recrearse, comunicarse, en fin
formar parte activa de un ecosistema tecnológico de aprendizaje y de una
comunidad de práctica.
► Ser metódicos, ordenados y
eficientemente organizados.
► Desarrollar habilidades
comunicativas y sociales.
► Estar dispuestos a asumir
compromisos, retos permanentes y hacer del fracaso una experiencia más de
aprendizaje.
► Ser excelentes lectores con
pautas claras para lograr el máximo de concentración; escrutadores de
contenidos multi e hipermedia, curadores de contenidos.
► Desarrollar capacidad para
aprender autónomamente y autogestionariamente apoyado en el uso efectivo y
eficiente de las TIC.
► Disfrutar del aprendizaje
colaborativo apoyado en red.
► Ser disciplinados y responsables.
► Estar capacitados y
dispuestos para autogestionar sus procesos de aprendizaje: planearlos,
organizarlos, ejecutarlos, evaluarlos y controlar sus avances.
► Saber reaccionar a los
logros y eventualmente ante cualquier dificultad, fijarse planes
alternativos y plantearse estrategias de mejoramiento continuo.
► Expresar sin temores sus
sentimientos, frustraciones y dificultades.
El conjunto de las
precitadas características y competencias
y las razones teórico-conceptuales, contextuales y curriculares esbozadas
deben conducir a las organizaciones universitarias- y de cualquier nivel
educativo-, a organizar y administrar, entre otras acciones/intervenciones,
una suerte de Programas Permanentes de Formación Integral y de
Actualización del Estudiantado, con el compromiso de ofrecer a cada uno de
sus potenciales usuarios, desde el inicio de cualquier acción formativa en
línea, un acompañamiento sistemático y una actualización integral, en áreas
estratégicas vistas y sentidas por ellos como una necesidad, de tal suerte
que puedan incorporarse y responder
con entusiasmo y con mayor claridad al ejercicio y logro exitoso de aprendizajes
significativos.
REFERENCIAS
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