DE LA LECTURA LINEAL A LA INTERACCIÓN
MULTIDIMENSIONAL CON HIPERTEXTOS
Todos
nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso aprendemos
siempre.
Paulo
Freire
Para
abordar el tema relacionado con el uso del libro en general y cómo veo su
utilización en el ámbito educativo con las transformaciones en las formas de
producir el conocimiento, decidí ubicarme en mi biblioteca y luego de una
rápida revisión tomé un ejemplar de un
título que llamó poderosamente mi
atención cuando llegó a mis manos unos tres años después de su salida en el
mercado venezolano: Toffler,A.; Toeffler H. (2006) La Revolución de la Riqueza.
(650 páginas)
Recuerdo
que desde el momento en que me dispuse a hojear sus primeras páginas decidí
leerlo de un tirón y a medida que avanzaba regresaba a capítulos previos para
releerlos, precisar alcances, visualizar y aclarar algunos señalamientos por lo apasionante que me resultaba la
temática abordada: “(…) el futuro de la riqueza
visible e invisible, una forma revolucionaria de riqueza que redefinirá
nuestras vidas, nuestras empresas y el mundo.”.
Una vez terminada su lectura lo regresé
a su sitio y un año después cuando asumí la responsabilidad de gestionar un
curso de Administración Educativa en modalidad semi-presencial recomendé la
lectura crítica del capítulo 5: La
Confianza en el Conocimiento (págs.153-213) al grupo de estudiantes bajo mi
responsabilidad para que con base en las ideas fuerza desarrolladas por los
autores del libro nos dispusiéramos a compartir, contrastar las diferentes
visiones y dar una mirada distinta, de amplio espectro, sobre uno de los temas
educativos en discusión en nuestro curso.
Algunos de los estudiantes
comentaban con entusiasmo sobre lo interesante de los planteamientos de los
Toffler, de la propuesta de trabajo que les hicimos y destacaban al mismo
tiempo algunos de los resultados de aprendizaje logrados, pero… uno de ellos
compartió en voz alta que no le gustaba leer textos extensos y cuando tenía que
hacerlo, para no sentirse fastidiado con el requerimiento, realizaba una
exploración rápida y sólo se detenía para colocar su vista en las palabras o
frases de su interés.
Agradecí la honestidad de su
planteamiento y lejos de confrontarlo me cuestioné que no había dedicado tiempo
alguno para observar y/o diagnosticar en el grupo ni sus estilos de aprendizaje
ni sus estrategias de lectura ni mucho menos me había planteado una propuesta
que diera respuesta o atendiera ese tipo de necesidad al momento de seleccionar
textos y ponerlos a su disposición en el entorno virtual dispuesto para apoyar nuestras
sesiones presenciales.
A pesar del tiempo transcurrido vienen
a mi mente las respuestas que escuchaba
de colegas a preguntas que nos hacíamos, tales como: ¿Cuán buenos
lectores son nuestros estudiantes universitarios?...Muy malos lectores, un
tanto perezosos. No les gusta leer. Sólo quieren escuchar…memorizar y repetir frases
sin sentido y sin contextualizarlas….
El diagnóstico estaba claro!. Y
hasta algunas investigaciones se han adelantado para indagar sobre las
actitudes, habilidades, destrezas y competencias lectoras de nuestros universitarios
para, entre otros asuntos de interés, precisar sus causas, intervinientes y
validar muchos de esos señalamientos!..¿Y luego qué?. ¿Qué hacer con tal estado
de cosas?.
En la medida en que hemos
incursionado y avanzado en los espacios digitales, al momento de diseñar y
alojar los cursos bajo nuestra responsabilidad en las aulas virtuales construidas,
hemos llegado al convencimiento de que es en esos entornos donde podemos
generar y crear las condiciones -con los recursos de información que ponemos a
disposición de los usuarios, con la variedad de herramientas y aplicaciones a
las cuales tenemos acceso- para
responder a planteamientos como el que nos fue hecho por uno de nuestros
estudiantes, para cambiar los enfoques tradicionales- todavía vigentes y arraigados en muchas
instituciones- que se pudieran tener sobre las estrategias y actividades de
lectura fundamentadas en los modelos transmisionistas de la enseñanza y del
aprendizaje-, cambios estos que permitan orientar a los aprendices hacia el
logro de competencias analíticas, críticas y de reflexión aplicada alineadas
con el reforzamiento, la re-creación y, sobre todo, con la generación de nuevos
conocimientos.
En tal sentido en estos últimos
años, desde el mismo momento en que seleccionamos alguna lectura- o cualquier
otro recurso de información- para ponerla a disposición de nuestros estudiantes,
la acompañamos, además del resumen, con imágenes, videos de apoyo, mapas
conceptuales/mentales (recursos que pueden ser elaborados por los mismos estudiantes)
para que logren, si así lo estiman conveniente, una visión general del
contenido de las lecturas antes de sumergirse en ellas, o hasta de seleccionar
y aportar algunas otras que consideren de utilidad para los propósitos de la
lección y/o del curso. Si desean profundizar aspectos que sean de interés
hacemos uso de la hipertextos alojados en los ambientes virtuales de los
cursos.
Tal decisión la apreciamos
destacada y reforzada en este curso de
Educación Digital del Futuro desde el mismo instante en que uno de sus
catedráticos el Profesor Antonio Rodríguez de las Heras (2013) afirma, al hacer
referencia al tema del plegado de la información en la esfera digital para
intensificar la interacción, que en el soporte digital tenemos la posibilidad y
podemos desarrollar la capacidad de plegar lo que deseamos que quede registrado
y esa capacidad nos la ofrece “la hipertextualidad”.
En estos nuevos escenarios en línea
la información que compartimos con los usuarios, en nuestro caso con nuestros
estudiantes, se puede ofrecer, se dispone con una carga de interacción, de
sugerencias, de pasaje a otros enlaces de tal suerte que si el usuario quiere
actuar con ella de forma muy sencilla basta con un simple toque, un roce, un
clic…y se tiene acceso a más información. Estamos así frente al emergente
fenómeno de la hipertextualidad: A partir de un texto se despliegan elementos
de enlace y acceso a otros textos, a imágenes, esquemas, gráficos, audios,
videos… Esta opción de interacción, de realizar una lectura muldimensional -en formato multimedia- y
sus inmensas posibilidades en los ambientes virtuales, no es posible
concretarla a plenitud en el libro
tradicional.
“Consecuentemente con la aproximación en el
mundo digital a la oralidad, aparecen formas de comunicación que reinterpretan
las propias de la oralidad. Una muy importante es la capacidad de plegar la
información cuando hablamos -y que no es posible cuando escribimos o
registramos imagen y sonido en cualquier otro soporte convencional- para
ajustar el discurso a las circunstancias del momento y al tiempo disponible. Lo
que decimos se despliega más o menos según, por ejemplo, el interés de los que
escuchan o las preguntas que hagan. Pues bien, en soporte digital esta
capacidad de plegado que tiene la comunicación oral se interpreta en forma de
hipertextualidad. La hipertextualidad posibilita una interesante forma de
interacción comparable a la de formular preguntas en una
conversación”.Rodríguez de las Heras, A,(2013).
Estamos siendo testigos
presenciales y somos usuarios de una novedosa propuesta no sólo para atraer la curiosidad,
mantener el entusiasmo y dedicación a la tarea y responder a necesidades
particulares de los lectores/participantes de cualquier acción formativa en
línea sino también para captar progresivamente su atención, retar sus procesos
creativos, apoyarles en el logro de sus propósitos de aprendizaje y permitirles
apreciar el “rostro humano” del mundo digital al hacerles sentir nuestra
presencia y la posibilidad de conversar, de interactuar,…de comunicarnos.
REFERENCIAS
Universidad Carlos III. (2013) Educación Digital del Futuro. Curso
Abierto Masivo en Línea. Madrid, España.
Toffler, A; Toeffler H.
(2006) La Revolución de la Riqueza. Edit. Melvin Caracas, Venezuela. Resumen en
Línea.
*Tarea Módulo I EDF:
Reflexión personal sobre cómo ve el uso del libro en general y cómo ve el uso
del libro en la educación, a causa de las transformaciones que se están
produciendo en la forma de transmitir el conocimiento.
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